Mensaje de las Maestras Visitantes. Septiembre 2012.Para escuchar, imprimir o descargar.Necesidades especiales y el servicio prestado
Con espíritu de oración, estudie este material y, según sea apropiado, analícelo con las hermanas a las que visita. Utilice las preguntas como ayuda para fortalecer a sus hermanas y para hacer de la Sociedad de Socorro una parte activa de la vida de usted.
Necesidades especiales y el servicio prestado “…siempre habrá personas con necesidades”, dijo el presidente Thomas S. Monson, “y cada uno de nosotros puede hacer algo para ayudar a alguien… a menos que nos perdamos en el servicio a los demás, nuestra propia vida tiene poco propósito”1. Como maestras visitantes podemos sinceramente llegar a conocer y amar a cada hermana que visitamos. El servicio que prestemos a quienes visitamos fluirá con naturalidad a causa de nuestro amor por ellas (véase Juan 13:34–35). ¿Cómo podemos conocer las necesidades espirituales y temporales de nuestras hermanas para prestar servicio cuando sea necesario? Como maestras visitantes, tenemos el derecho de recibir inspiración cuando oramos por quienes visitamos. Mantener contacto frecuente con nuestras hermanas también es importante. Visitarlas personalmente, llamarlas por teléfono, darles mensajes de ánimo, mandarles correos electrónicos, sentarse junto a ellas en las reuniones, elogiarlas con sinceridad, saludarlas en la capilla, ayudarlas en momentos de enfermedad o necesidad y hacer otros actos de servicio nos ayudan a velar y a fortalecernos unas a otras2. A las maestras visitantes se les pide que informen sobre el bienestar de las hermanas y de cualquier necesidad especial que ellas tengan, así como del servicio que se les ha prestado. Esta clase de informes y el servicio que prestamos a nuestras hermanas nos ayuda a demostrar nuestro discipulado3. De las Escrituras Juan 10:14–16; 3 Nefi 17:7, 9; Moroni 6:3–4 De nuestra historia El servirnos unas a otras ha sido siempre esencial en el programa de las maestras visitantes. Mediante el servicio constante brindamos bondad y amistad que van más allá de las visitas mensuales; lo que cuenta es el cuidado que brindamos. “Quisiera suplicar a nuestras hermanas que dejen de preocuparse de… una llamada por teléfono o una visita trimestral o mensual”, dijo Mary Ellen Smoot, decimotercera Presidenta General de la Sociedad de Socorro. Ella nos pidió que, “en vez de ello, [nos concentremos] en brindar cuidado amoroso a esas almas tiernas”4. El presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) enseñó: “…es vital que nos prestemos servicio unos a otros en el reino”. Sin embargo, él reconoció que no todo servicio tiene que ser heroico. “Son muchas las veces en que nuestros actos de servicio consisten simplemente en palabras de aliento, en ofrecer ayuda en tareas cotidianas”, dijo, “¡pero qué consecuencias gloriosas pueden tener esos actos de ayuda y las acciones sencillas pero deliberadas!”5. Si desea más información, visite www.reliefsociety.lds.org. ¿Qué puedo hacer? 1. ¿Procuro inspiración personal para saber cómo responder a las necesidades espirituales y temporales de cada hermana a la que se me asigna cuidar? 2. ¿Cómo saben las hermanas que están bajo mi cuidado que me preocupo por ellas y por su familia? Referencias 1. Véase Thomas S. Monson, “¿Qué he hecho hoy por alguien?”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 85. 2. Véase Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 9.5.1. 3. Véase Manual 2, 9.5.4. 4. Mary Ellen Smoot, en Hijas en Mi reino: La historia y la obra de la Sociedad de Socorro, 2011, pág. 131. 5. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, 2006, pág. 92 .......................... Agosto de 2011 Una Sociedad de Mujeres Santas Estudie este material y, según sea apropiado, analícelo con las hermanas a las que visite. Utilice las preguntas como ayuda para fortalecerlas y para que la Sociedad de Socorro forme parte activa de la vida de usted.Una sociedad de mujeres santas Fe • Familia • Socorro Eliza R. Snow, segunda Presidenta General de la Sociedad de Socorro, enseñó: “El apóstol Pablo habló en sus días de mujeres santas; es deber de cada una de nosotras serlo. Todas tendremos metas elevadas si hemos de ser mujeres santas; sentiremos que se nos llama a cumplir deberes importantes, y ninguna está exenta de ellos. No hay ninguna hermana tan aislada ni en una esfera tan estrecha que no pueda hacer mucho por establecer el reino de Dios en la tierra”1. Hermanas, no estamos aisladas ni tampoco es estrecha nuestra esfera. Al aceptar el don de ser activas en la Sociedad de Socorro, llegamos a ser parte de lo que el profeta José Smith describió como “un pueblo electo, separados de todos los males del mundo—escogidos, virtuosos y santos”2. Esta sociedad nos ayuda a fortalecer la fe y a crecer espiritualmente al darnos oportunidades de liderazgo, de servicio y de enseñar. Al prestar servicio se agrega una nueva dimensión a nuestra vida; progresamos espiritualmente y aumenta nuestro sentido de pertenencia, de identidad y de autoestima. Nos damos cuenta de que el objetivo total del plan del Evangelio es brindarnos una oportunidad para que alcancemos nuestro máximo potencial. La Sociedad de Socorro nos ayuda a prepararnos para recibir las bendiciones del templo, para honrar los convenios que hacemos, y para participar en la causa de Sión. La Sociedad de Socorro nos ayuda a aumentar la fe y la rectitud personal, a fortalecer a las familias, y a buscar y socorrer a los necesitados. La obra de la Sociedad de Socorro es santa, y el realizar una obra santa genera santidad en nosotras. Silvia H. Allred, Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro. De las Escrituras Éxodo 19:5; Salmos 24:3–4; 1 Tesalonisenses 4:7; Tito 2:3–4; Doctrina y Convenios 38:24; 46:33; 82:14; 87:8; Moisés 7:18 De nuestra historia Al dirigirse a las mujeres de la Sociedad de Socorro de Nauvoo, el profeta José recalcó la santidad y explicó que, a medida que las hermanas llegasen a ser puras y santas, tendrían una marcada influencia en el mundo. Él explicó: “Lo que las magnificará… será la mansedumbre, el amor y la pureza… Esta sociedad… tendrá poder para mandar a las reinas que pueda haber en su medio… Los reyes y las reinas de la tierra vendrán a Sión y presentarán sus respetos”. Las hermanas de la Sociedad de Socorro que vivan sus convenios inspirarán no sólo el respeto de los nobles, sino que, prometió José a las hermanas, “…si viven de acuerdo con estos privilegios, no se podrá impedir que los ángeles las acompañen”3. A medida que las hermanas participaron en la obra de prestar servicio y salvar a los demás, se santificaron a sí mismas. Lucy Mack Smith, la madre del Profeta, mencionó el bien que la Sociedad de Socorro podía lograr: “Debemos amarnos mutuamente, velar unas por otras, consolarnos y obtener instrucción, a fin de que podamos estar todas juntas en el cielo”4. ¿Qué puedo hacer? 1. ¿Cómo estoy ayudando a las hermanas que están bajo mi cuidado a cultivar y alcanzar “metas elevadas”? 2. ¿Qué estoy haciendo para que mi vida sea “escogida, virtuosa y santa”? Si desea más información, visite www.reliefsociety.lds.org. Ilustración fotográfica por Christina Smith. Notas 1. Eliza R. Snow, “An Address”; véase cita de la hermana Barbara B. Smith en “Las mujeres de los últimos días”, Liahona, enero de 1980, pág. 166. 2. Véase José Smith, en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, pág. 171. 3. José Smith, en Historia de la Iglesia, tomo IV, págs. 605–606. 4. José Smith, en Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, pág. 480. |
Febrero 2011:
La Restauración de Todas las Cosas
El profeta José Smith organizó la Sociedad de Socorro como una parte esencial de la Iglesia. Como presidencia, esperamos poder ayudarlas a entender por qué la Sociedad de Socorro es esencial en su vida. Sabemos que las mujeres del Nuevo Testamento demostraron fe en Jesucristo y participaron en Su obra. En Lucas 10:39 se nos cuenta de María, quien “sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra”. En Juan 11:27, Marta da testimonio de Cristo: “Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”. En Hechos 9:36, 39, se habla de “una discípula llamada Tabita… [que] abundaba en buenas obras… [Y] le rodearon todas las viudas… mostrando las túnicas y los vestidos que [ella] había hecho”. Febe, en Romanos 16:1–2, estaba “al servicio de la iglesia” y “ayuda[ba] a muchos”. Estos tipos de fe, testimonio y servicio continuaron en la Iglesia moderna y se formalizaron con la organización de la Sociedad de Socorro. Julie B. Beck, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, enseñó: “Así como el Salvador invitó a María y a Marta, de la época del Nuevo Testamento, a participar en Su obra, las mujeres de esta dispensación tienen el mandato oficial de participar en la obra del Señor… La organización de la Sociedad de Socorro en 1842 movilizó el poder colectivo de las mujeres y sus asignaciones específicas de edificar el reino del Señor”1.
Llevamos a cabo nuestra obra al centrarnos en los objetivos de la Sociedad de Socorro: aumentar la fe y la rectitud personales, fortalecer las familias y los hogares, y buscar y ayudar a los necesitados. Testifico que la Sociedad de Socorro fue divinamente organizada para ayudar en la obra de salvación. Cada hermana de la Sociedad de Socorro desempeña un papel fundamental en llevar a cabo esta obra sagrada.
Silvia H. Allred, Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro .
De nuestra historia
La hermana Julie B. Beck ha enseñado que “por medio del profeta José Smith, sabemos que la Sociedad de Socorro fue parte formal de la Restauración”2.
El proceso de la restauración comenzó con la Primera Visión en 1820 y continuó “línea sobre línea, precepto tras precepto” (D. y C. 98:12). Cuando la Sociedad de Socorro se organizó formalmente el 17 de marzo de 1842, el Profeta enseñó a las mujeres acerca del lugar esencial que ocupan en la Iglesia restaurada. Él dijo: “La Iglesia nunca estuvo perfectamente organizada hasta que se organizó a las mujeres de esa manera” 3.
¿Qué podemos hacer?
1. ¿Qué ayuda brindaré a mis hermanas este mes que sea ejemplo de la fe de las discípulas de Jesucristo?
2. ¿Qué enseñanza del Evangelio restaurado estudiaré con el fin de fortalecer mi testimonio este mes?
Notas
1. Julie B. Beck, “Cumplir el propósito de la Sociedad de Socorro”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 108.
2. Julie B. Beck, “Cumplir el propósito de la Sociedad de Socorro”, pág. 108.
3. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 480.
AYUDAS PARA HACER LAS VISITAS
Estudie este material y, si es pertinente, analícelo con las hermanas a las que visite. Utilice las preguntas para que le sirvan de ayuda para fortalecerlas y para que la Sociedad de Socorro forme parte activa de la vida de usted.
PREPÁRESE PARA ENSEÑAR
Joel 2:28–29;
Lucas 10:38–42;
Efesios 1:10
Enero 2011.
Mensaje de las Maestras Visitantes ENERO 2011
- OTROS RECURSOS Sitio web de la psicóloga y escritora Pilar Sordo. Algunas de sus columnas y reflexiones. http://www.pilarsordo.cl/textos/textos.html
me encanta este sitio ,de todo corazon te felicito querida pao, ya necesitabamos algo asi.Besos y bendiciones para ti y toda tu familia.
ResponderEliminar